casa de opera Calatrava

casa de opera Calatrava

martes, 29 de noviembre de 2011

La importancia de la Ingeniería Civil para el Desarrollo de México



   Es difícil pensar en una realidad diferente a la que habitamos, vivir en una era donde podemos disfrutar de las comodidades desarrolladas por generaciones pasadas; se hace difícil figurarse un contexto diferente. Pero ¿alguna vez ha pasado por su mente cómo sería la vida sin cosas tan elementales como las casas en las que vivimos, las calles por las que transitamos, o el sistema que nos brinda el acceso a la electricidad y agua? ¿O qué tal pensar en un mundo sin caminos y puentes que unan a las ciudades? En resumen, ¿qué hubiera pasado si las técnicas para la construcción jamás se hubieran desarrollado? Viviríamos en una realidad extremadamente diferente a la nuestra, seguramente sufriendo de la ausencia de los elementos nombrados.
Es casi imposible precisar la fecha en la que el hombre comenzó a edificar obras con el propósito de sobrevivir. El arte de la construcción se ha desarrollado a través de los tiempos, siendo la necesidad su principal motor. El hombre y su actividad han girado en torno a sus edificaciones, de una forma u otra, y siempre han representado el poderío humano: la materialización de sueños, en diversos materiales. El caso de la importancia de la construcción en México, tema central de este ensayo, nos deja ver un claro ejemplo de las construcciones como punto clave para desarrollo del país. 
            En América, las técnicas occidentales de construcción se fundían con las del Nuevo Mundo, que si eran peculiares, eran también efectivas. La colonización de las nuevas tierras llevó muchas décadas, y a su vez surgía la necesidad de construir más ciudades (con sus diferentes edificios para cada necesidad), usando estas nuevas técnicas.
La Nueva España no se quedaba atrás, y usaba diversos métodos europeos para unificar al imperio: construyendo ciudades, caminos y puentes. Conforme crecía la población, surgían nuevas necesidades cada vez más específicas, las cuales se satisfacían con una obra ingenieril en la mayoría de los casos. Es de suponer que la Ingeniería tuviera un auge en cierta etapa de la historia de México, la cual se sitúa poco antes, durante, y un poco después del Porfiriato. Es bien conocido que el presidente Porfirio Díaz invirtió mucho capital en la construcción de México, especialmente en el rubro del transporte (vías férreas) y de la minería, por medio de la ya entonces profesión nombrada Ingeniería Civil. También conocemos que muchas de las obras fueron levantadas con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la población, desde necesidades primarias, como salud, alimentación, sanitización, seguridad, vivienda, hasta necesidades secundarias como confort, entretenimiento, comunicación, todas han sido cubiertas con construcciones específicas.
Desafortunadamente, es claro que en la actualidad los mexicanos tienen poco o ningún aprecio por la Ingeniería Civil, debido a la falta de conocimiento de la misma. Para comprobar lo valioso de esta disciplina, echaremos mano de ejemplos históricos de obras que fueron elementales para el desarrollo del país como lo conocemos, y de otros que son fundamentales para la sociedad actual, para demostrar cómo la ingeniería fue indispensable para el desarrollo del país como lo conocemos, y así enaltecer su importancia. 
Es difícil progresar como ciudad si no le damos importancia a las cosas que repercuten en nuestra vida diaria. Es objetivo de este escrito tratar de crear conciencia en los lectores de la importancia de la Ingeniería Civil, así como de trabajos o de profesiones relacionadas. A todo público le puede ser de interés este escrito, y principalmente a los mexicanos. Y aunque éste se enfoca en el caso de México, algún lector foráneo podría encontrar similitudes con la importancia de las edificaciones de su lugar de origen. Desafortunadamente, el tema y los ejemplos de los que podemos echar mano son tantos y tan amplios, que nos remitiremos sólo a los más importantes, como el papel que jugaron las vías férreas para el desarrollo económico, o el puente Belisario Domínguez y el Coatzacoalcos en el rubro del transporte.
    Para poder demostrar que la Ingeniería Civil es de gran importancia para nuestro país, es necesario comenzar con un poco de la historia de la misma como una carrera profesional en México. A diferencia de otros países latinoamericanos y al igual que Estados Unidos, la Ingeniería Civil en México como carrera profesional se desarrolló con gran velocidad y a su vez sus ramas de especialidad.
Como podemos ver en la página de internet de la Universidad Autónoma de Querétaro, la Ingeniería civil como carrera técnica tiene sus orígenes en el Colegio Civil (Querétaro) en 1951. No obstante, el colegio sólo ofrecía los primeros dos años de estudio, forzando a los estudiantes a concluir su preparación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). No es hasta 1963 que el Colegio Civil ofrece la carrera completa. Para 1867 se funda en el mismo estado la Escuela Nacional de Ingeniería. El propósito de la Escuela era la realización de proyectos básicos de infraestructura. Ésta ofrecía carreras como la de Ingeniero Topográfico, entre otras.
El entonces presidente Benito Juárez enfatizó la importancia de la práctica de esta disciplina, y posteriormente estableció un decreto que obligaba a las empresas ferroviarias del país a recibir a los alumnos con el propósito de que practicaran y agilizaran su aprendizaje.
Una vez Porfirio Díaz en el poder,  la ingeniería civil volvió a avanzar. Las reformas educativas del presidente impulsaron los estudios de Ingeniería Civil, Eléctrica, y Mecánica. Todo esto a raíz de su plan para modernizar a México. En 1876 es introducida una reforma al plan de estudio que marcó una tendencia significativa en los años por venir: enfocar la  enseñanza de Matemáticas superiores y geometría descriptiva, así como su aplicación.
En 1972, La Escuela Nacional de Ingeniería ocupa las instalaciones del actual Centro Universitario-Cerro de las campanas. La transformación de la disciplina en facultad se da con la aparición de la Maestría en Hidráulica (1981) y la Especialidad en Mecánica de suelos (1985), seguidas de la Maestría en Construcción (1983), Mecánica de Suelos (1985), y la Licenciatura en Instrumentación  y control de Procesos (1984). Otro gran paso se da en 1986, cuando la Escuela ofrece la nueva carrera de Ingeniería Electromecánica, en 1990 la licenciatura  en Matemáticas Aplicadas, y dos años más tarde, la Maestría en Docencia de las Matemáticas.
Con el propósito de mejorar la carrera de Ingeniería Civil, para 1993 se comienza  a ofrecer un estudio de posgrado que integraba Maestrías de 5 líneas distintas: Construcción, Estructuras, Hidráulica, Mecánica de Suelos y Valuación.  Tres años más tarde aparece con el mismo propósito el Doctorado en Ingeniería, con aéreas de atención a la Ingeniería Civil, Ingeniería Mecánica, Transporte, Materiales, Instrumentación y Control de Procesos y Bioingeniería. En la actualidad, la carrera de ingeniería civil es una de las más populares y más elegida para cursar. 
Por lo anterior es que, en contraste con algunos países latinoamericanos, el desarrollo de la ingeniería civil en México fue rápido y elaborado, al menos desde la conquista hasta el siglo XX.
Uno de los ejemplos con más antigüedad e importancia, en la que la ingeniería civil fue pieza clave, es la construcción de las primeras líneas de ferrocarril, en especial cuando se creó la primera línea directa entre México y Veracruz. La creación de esta línea fue el resultado de años de esfuerzo y fue un parte aguas en la historia de nuestro país.
Una vez independizado México, el gobierno comenzó a preocuparse por hacer crecer al país. La nación contaba con infinidad de recursos para explotar u acrecentar la economía. El único problema era que no se contaba con un sistema de transporte ideal para las enormes cargas y que fuera de la capital al puerto más importante del país (Veracruz) y así poder exportar. Se requería de un sistema rápido y directo.
Fue el 22 de agosto de 1837 cuando el entonces presidente de México Anastasio Bustamante mandó a construir la primera línea directa entre México y Veracruz. Este plan no rindió frutos durante su gobierno, no obstante, los sucesores al poder del país se encargarían de completarlo.
A fines de 1857 durante el gobierno de Ignacio Comonfort comenzaron los trabajos formales para comenzar la construcción de la línea México-Veracruz. De 1861 a 1863 los trabajos se suspendieron renovándose éste último año por mandato de Maximiliano. Fue construido el tramo de México a Guadalupe y el de Veracruz a Tejeras (16 Km en total).
El presidente Benito Juárez apoyó la construcción de esta línea con $560,000 anuales durante 25 años. El mandatario no vio terminada la línea pero sí fue parte de la inauguración del tramo México-Puebla en 16 de septiembre de 1869.
El general Lerdo de Tejada puso todo su empeño para ver realizada esta obra. Él creía firmemente que la línea sería la arteria principal por la cual México dejaría de ser “un rincón del mundo”. En 1873 el presidente inauguró al fin la línea del ferrocarril de México a Veracruz, entrando en operación el 23 de enero del mismo año.
Así se vio concluido el plan iniciado en 1837. El puerto de Veracruz sirvió como vía de acceso al comercio internacional, dejando ganancias al país como nunca antes se habían visto. La creación línea México-Veracruz fue un parte aguas en la historia del país, ya que las generosas utilidades que éste proveía, permitieron a gobiernos posteriores ampliar otras líneas y construir otras que conectaron al norte con el sur, y al Pacífico con el Atlántico.
Los puentes han simbolizado desde tiempos antiguos el poderío e ingenio humano sobre los obstáculos que coloca la naturaleza, sin afectar a la misma. Los irregulares caminos de algunas partes del territorio fueron alguna vez una traba que impedía o limitaba el paso de las personas a través de ríos, valles, cañones, hasta tramos de océano. Sin embargo, el ingenio humano y su conocimiento sobre materiales han hecho posible hacer caminos donde no los había. En nuestro país, la construcción de puentes ha venido a mejorar el país de una manera u otra, y en nuestros tiempos siguen siendo de gran utilidad.
México es un país diverso en cuanto a su topografía. Contamos con cientos de ríos, barrancos y montañas. Es por eso que su necesidad de conectar caminos era grande. El escaso conocimiento de materiales y de métodos de construcción limitaba el alcance que tenían los puentes. Sin embargo, esto cambió conforme el tiempo avanzaba.
Con la llegada de la técnica del concreto reforzado, se construyeron estructuras más complejas, con claros que iban de los 10 a los 15 metros de largo. El acero reforzado sigue siendo recomendable para uso en puentes con claros más largos. No obstante, el concreto era un material resistente, económico, y se podía preparar al pie de la obra con materiales de fácil acceso.
La Secretaría de Comunicaciones fue la responsable de instalar laboratorios para el desarrollo de nuevos concretos de mayor resistencia y viabilidad. A partir de entonces, comenzaron a construirse importantes puentes de concreto reforzado, como el puente Belisario Domínguez, construido sobre el río Grijalva en 1954. Asimismo, el concreto reforzado fue aplicado en obras pequeñas para hacerlas más fuertes y seguras. Este puente se encarga de conectar Tuxtla Gutiérrez con Chiapa de Corzo. Este puente mejoró la calidad de vida de las personas de la zona, y ayudó a mejorar la economía del estado. Antes de su construcción, como describe a continuación Cristina Palacios en su artículo, el transporte con fines de comercio a través de este río era dificultoso:
Anteriormente las mujeres comerciantes de Chiapa de Corzo que venían a la nueva capital del estado salían a las 5 de la mañana cargando su mercancía tales como carne salada y tasajo para llegar a vender al mercado a muy temprana hora, caminaban grandes distancias, necesariamente al llegar al caudaloso Río Grijalva, conocido también como Río Grande de Chiapa, tenían que pasar a la otra orilla en canoas, así había sido siempre pues no existía puente, ni vado, ni un lugar natural donde poder atravesarlo sin necesidad de canoas.
Otro avance llegó 1953 con el uso del concreto presforzado, usado para construir el puente Zaragoza sobre el río Catarina. Fue construido exclusivamente por mexicanos que ingeniaron un sistema original del anclaje de los cables de presfuerzo.
Una muy importante obra en la que se usaron por primera vez vigas de presfuerzo prefabricadas de forma intensiva fue el puente Coatzacoalcos. Este puente conectó los dos lados del río y también permitió el paso del ferrocarril; con más de un kilometro de longitud, fue alguna vez el más largo de México por varios años. Otro avance en cuanto a efectividad de materiales es el uso de acero estructural, que permitió la construcción del puente de Chinipas del ferrocarril Chihuahua-Pacífico, a mediados de los 50.
            Los puentes ayudaron en el desarrollo de México en aspectos como el económico y el cultural, además de que facilitaron el tránsito de las personas a otras ciudades con objetivos diferentes al comercio.
   No solo los ferrocarriles y puentes han sido pieza esencial en el desarrollo de nuestro país, también lo han sido edificios para usos específicos. Por ejemplo las escuelas, los hospitales, los mercados, los centros comerciales, los centros de negocios y los palacios de gobierno.
 El artículo 3º de nuestra constitución reconoce desde 1917 la educación como una obligación y un derecho: “Todo individuo tiene derecho a recibir educación”. Y para poder ejercer este derecho, es necesario de lugares adecuados para el estudio. Una sociedad sin escuelas es una sociedad con educación de poca calidad, y por lo tanto su desarrollo no es el debido.
            La construcción de hospitales requiere de no perder de vista las normas que se deben de cumplir, las cuales son muchas, ya que cada área de la facilidad debe de adecuarse para cuidar la salud de los pacientes, dependiendo de su estado de salud.
            Los palacios de gobierno y otros edificios gubernamentales, a pesar de que su construcción no es tan elaborada, juegan un papel muy importante ya que es desde estos lugares desde donde se regulan todos los aspectos de una sociedad (económicos, educativos, de seguridad, de justicia, de calidad de vida).
         Estos edificios y muchos otros más son vitales para una sociedad y difícilmente podrían ejercer su función de una manera adecuada sin contar con un establecimiento o una facilidad adecuada, la cual es provista por la ingeniera civil, en conjunto con otras ingenierías como la mecánica o la electrónica.



No hay comentarios:

Publicar un comentario